Contenido
Estructura del coche
Integridad de la batería
Riesgo de electrocución
Aunque la flota de coches eléctricos que circula por nuestras carreteras es muy inferior a la de coches de combustión interna, en un futuro a largo plazo deberían convertirse en los coches más abundantes en nuestras carreteras. Una de las dudas que se nos puede plantear si queremos comprar un coche eléctrico es su recarga, o su seguridad. ¿Es un coche eléctrico igual de seguro que un coche de combustión interna en caso de accidente? ¿Hay riesgo de incendio si las celdas de su batería se rompen? ¿Es capaz de soportar la batería grandes impactos?
Estructura del vehículo y sistemas de seguridad
Los coches eléctricos, a nivel de estructura, son coches tan seguros como un coche convencional. EuroNCAP los somete a las mismas pruebas de choque, y coches como el Nissan Leaf o el Jaguar I-Pace han obtenido cinco estrellas en los test europeos necesarios para su homologación y venta. Poseen las mismas estructuras de deformación controlada presentes en cualquier otro vehículo y su comportamiento en caso de accidente es predecible. Al tener motores más compactos, incluso existe menos riesgo de que el motor penetre el habitáculo en caso de un accidente frontal.
Son más pesados que un coche de combustión interna equivalente, pero sus suspensiones y equipos de frenado están sobredimensionados en consecuencia.
En cuanto a los sistemas de seguridad pasiva y activa, los coches eléctricos están hoy por hoy al mismo nivel que cualquier otro coche de combustión interna. Muchos de ellos disponen de controles de crucero adaptativos, sistemas de frenada autónoma de emergencia, asistentes de mantenimiento de carril, etc. Por último, no debemos olvidar que sus baterías están montadas en la parte inferior del coche, por tanto, su centro de gravedad es más bajo que el de un coche de combustión interna y