Noviembre de 2019 ha continuado el tímido crecimiento del mes de octubre, con una subida del 3,2% que sitúa el acumulado del año en un descenso del -3,3 % sobre el mismo período del año anterior, cuatro décimas menos que en el mes de octubre.
Suben los alquiladores y la matriculación de los vehículos de empresas y sin embargo bajan las ventas a particulares un -6,9 %, un 2,4% más de lo que bajaron en el mes de octubre. En cuanto a las empresas, no se puede hablar de subida neta, puesto que existen automatriculaciones de los propios concesionarios, motivada por la necesidad de cumplir los objetivos marcados por las marcas.
Si consideramos las ventas de derivados que se han matriculado como turismos, que han ascendido el mes de noviembre a 1.582 unidades, el crecimiento del mes de noviembre sería del 3,9 % sobre el mismo mes del año anterior.
Esta bajada de las ventas a particulares no es un buen síntoma e indica que las redes de concesionarios lo están pasando mal, pues en estas ventas reside, en realidad, todo el sistema de distribución que tenemos en España. Sin que este sector se recupere no podemos hablar de un mercado del automóvil potente.
Existen muchas razones para que la matriculación de particulares no crezca, pero, sin duda, la principal es la falta de confianza en las perspectivas de futuro y la falta de un gobierno estable que marque las directrices que se van a seguir en los próximos años, de forma que el consumidor tenga una seguridad en que la decisión de compra que tome le va a asegurar que no tenga ningún problema en el futuro inmediato.
Esta disminución de matriculaciones en particulares está haciendo envejecer el parque automovilístico en España a marchas forzadas y eso significa una mayor contaminación, una mayor emisión