El preparador especialista en el Grupo Volkswagen, ABT Sportsline, vuelve a hacer de las suyas. Tiempo atrás ya mostró un paquete aerodinámico más que llamativo para este SUV coupé de altas prestaciones con mecánica diésel. Esta vez nos presenta un Audi SQ8 tras pasar por sus manos y no solo para añadir un toque de picante estético, sino también mejorando su rendimiento.
Nadie puede decir que el Audi SQ8 sea un vehículo lento. Lleva un motor diésel, sí, pero no es “moco de pavo”. Es un V8 de 4.0 litros microhíbrido. De serie, esta mecánica desarrolla 435 CV y 900 Nm de par. Viene unido a un cambio Tiptronic y a la tracción integral quattro, ofreciendo un 0 a 100 en solo 4,8 segundos y una velocidad punta de 250 km/h. No esta nada mal, ¿verdad?
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Pues sí, el SQ8 de serie ya es un coche más que suficiente para adelantar con tranquilidad y rodar a buen ritmo por una Autobahn alemana. Sin embargo, siempre hay quien quiere algo más. Algo más de diferenciación, pero también algo más de prestaciones. Seguro que a esas personas les encanta el ABT SQ8.
El preparador ha retocado su electrónica para extraer mucha más energía. Así, tras la puesta a punto, el Audi SQ8 que nos presenta ABT desarrolla 510 CV (75 CV más) y 970 Nm de par (70 Nm más). Esto le permite reducir en dos décimas su aceleración de 0 a 100 km/h, necesitando ahora 4,6 segundos según informa la propia empresa.
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También han tocado su suspensión, ofreciendo tres alturas diferentes. Esto le permite reducir el centro de gravedad y, por tanto, mejorar su estabilidad en curva. Estos niveles de altura se denominan “Comfort”, “Dynamic” y “Coffe-Mode”. El primero de ellos baja la suspensión 25 mm, mientras que el segundo baja 15 mm más. El