Como aquí os anunciamos a principios de diciembre de 2019, el Opel Insignia se actualiza. El restyling para la berlina generalista ha sido presentado oficialmente en el Salón del Automóvil de Bruselas, que se celebra en estos primeros compases del año. Llega con algunos cambios tecnológicos, mejoras en seguridad y algunas mecánicas actualizadas.
A nivel estético, como os comentaba mi compañero José Antonio en diciembre, prácticamente hay que sacar la lupa para percibir claros cambios. Y es que, si algo funciona, ¿para qué cambiarlo demasiado? Se han adaptado ligeramente los paragolpes, reubicado los antinieblas y se utilizan nuevos faros IntelliLux LED Pixel Light adaptativos con 84 diodos LED por foco.
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Cuatro motorizaciones y adiós al GSi diésel
Empezaremos hablando de su oferta mecánica. El Opel Insignia cuenta con tres versiones mecánicas de gasolina y una diésel. La familia de gasolina está compuesta por un bloque 1.400 Turbo de 145 CV, así como otro bloque de 2 litros en versiones de 200 y 230 CV. Por su parte, el 1.5 litros diésel desarrolla 122 CV. ¿Notáis algunos cambios? Sí, ha desaparecido el diésel más potente, mientras que el de gasolina más dinámico ha reducido su potencia.
El Opel Insignia GSi, la versión de mayor rendimiento, ha perdido el motor diésel de 210 CV que anteriormente le acompañaba. Además, la mecánica de gasolina 2.0 Turbo ha reducido su potencia desde los 260 CV a los 230 CV. Probablemente, el motivo principal que les ha llevado a tomar estos cambios resida en el cumplimiento de las normativas de anticontaminación.
La intuición nos dice que para adaptar la mecánica de gasóleo tendrían que invertir más recursos económicos de los necesarios y, probablemente, no les compensara. Por su parte, es más que probable que el 2.0 Turbo de gasolina haya reducido su potencia por contar con un filtro antipartículas de