La electrificación está a la orden del día, algo que afecta directamente a aquellos vehículos de corte deportivo. Volkswagen ha dado sus primeros pasos en este sector con el ID.3, un modelo con un claro enfoque urbano pero que recibe el legado del ID.R, un auténtico vehículo de competición. Ahora, los de Wolfsburgo han decidido engendrar un concept car de lo más revelador, y el cual toma como base al Volkswagen Golf R 7, un modelo que antes de despedirse de nosotros ha decidido sacar músculo al adoptar la misma mecánica que equipa el ID.R.
De momento estamos ante un prototipo que no tiene intenciones de pasar a formar parte del equipo de vehículos de competición de Volkswagen, pero desde luego resulta revelador. Y es que los ingenieros de la casa germana han decidido crear un coche dispuesto a no solo mostrar el potencial de las mecánicas eléctricas, sino también a adelantar los pasos que seguirán los modelos deportivos de producción.
No debemos olvidar que el Grupo Volkswagen está apostando fuertemente por los corazones híbridos en esta última remesa de vehículos que está desvelando. El Skoda Octavia RS es un claro ejemplo de ello y, tal y como apuntan tanto las filtraciones como los rumores, tanto los futuros Golf R como CUPRA León recurrirán a un esquema mecánico en el que gasolina y electricidad trabajarán codo con codo.
No obstante, este exuberante prototipo se caracteriza por recurrir a un corazón 100% eléctrico tal y como hace su prestamista, el ID.R. Con esta premisa, nos encontramos con un Golf R en el propulsor 2.0 TSI sobrealimentado por turbo desaparece en pro de dos motores eléctricos capaces de ofrecer 680 CV y 650 Nm de par, cifras que triplican la potencia original del compacto vitaminado de los de Wolfsburgo.
Por supuesto los ingenieros han tenido que modificar diferentes componentes aerodinámicos para conseguir que el Golf R gestione con diligencia este nuevo rango de potencia. Resalta a simple vista un alerón de considerables dimensiones y un kit de carrocería en el que los pasos de ruedas y defensas se agigantan en busca de ofrecer un comportamiento dinámico mucho más idóneo para el nivel de prestaciones que ahora ofrece el compacto alemán.
Sea como fuere, Volkswagen no ha buscado con este prototipo crear un nuevo coche de carreras, sino ofrecernos un adelanto de lo qué nos depararán sus futuros vehículos deportivos. Y es que la casa alemana está cerciorada de que el futuro es eléctrico, un tipo de sustento de vida que no es incompatible con modelos de altas prestaciones.