Incertidumbre al respecto del futuro y el presente del diésel. Sin lugar a dudas esa está siendo la tónica que está marcando el mercado en los últimos años. Los ataques al diésel pero, sobre todo, la desconfianza ante posibles decisiones que puedan afectar a los coches de gasóleo, está lastrando las ventas de coches diésel en nuestro país. Durante años, muchos entre los que me incluyo estuvimos advirtiendo de la importancia de emplear la calculadora, hacer números, y al menos tener en cuenta en qué supuestos tiene sentido adquirir un diésel hoy en día. Pero el desplome de las ventas de diésel que se ha producido en los últimos años tiene consecuencias, hasta llegar a un año decisivo para el diésel, como el que nos encontramos, que muy probablemente nos deje también con situaciones propicias, pero también poco recomendables, para comprar un diésel.
Un año con dos fases bien diferenciadas para el diésel
Hasta la patronal de la automoción, representada por FACONAUTO, ha reconocido que habrá dos fases bien diferenciadas para la compra de un diésel este año. Es de suponer que el diésel no va a remontar en la primera mitad de este año y que sus ventas se estancarán, o incluso seguirán retrocediendo.
FACONAUTO vaticina también una segunda mitad de 2020 en la que «probablemente, las marcas tendrán que trasladar a sus políticas comerciales alrededor del diésel y el eléctrico su necesidad de cumplir con los límites de CO2».
A finales de año se espera que algunas marcas de coches incentiven las ventas de diésel, híbridos, enchufables, y eléctricos, con importantes descuentos, para cumplir sus objetivos de emisiones de CO2
Comprar un diésel a finales de año
La presión por cumplir con los objetivos de emisiones beneficiará, necesariamente, a los diésel, cuyas emisiones de CO2 son más bajas que las de sus homólogos de