Mercedes ha vuelto a ser el foco de todas las miradas al inicio de esta segunda jornada de test de pretemporada en Barcelona. Después de liderar en el día de ayer, por la mañana con Valtteri Bottas y por la tarde con Lewis Hamilton, acabando las dos flechas plateadas en las dos primeras posiciones de la tabla de tiempos, hoy un inusual movimiento de volante ha hecho que todos nos fijemos en las onboards del W11. Cuando el británico llega a la recta, tira del volante, que se mueve considerablemente hacia el, provocando también un movimiento en el ángulo de convergencia de las ruedas. Vamos a intentar analizar por que podrían querer hacer eso.
Por defecto, un Fórmula 1 tiene una configuración de convergencia negativa en las ruedas delanteras (toe out en inglés), lo que significa que si vemos el coche en vista cenital, con el morro apuntando hacia arriba, las ruedas no estarían paralelas al eje longitudinal del coche, si no que tendrían una forma de V. Esto y sin entrar en demasiados tecnicismos, mejora la reacción del coche a la entrada de las curvas, teniendo un coche «más reactivo», valga la redundancia. Si la convergencia fuera positiva (toe in), tendríamos un coche que se sentiría menos ágil en los cambios de dirección.
Una modificación que da ventaja en las rectas
Pero Mercedes no está modificando nada en las curvas, donde mantiene la configuración geométrica habitual, si no que lo hace en las rectas. Al estirar del volante, reduce ese ángulo de convergencia de las ruedas delanteras, colocándolas presuntamente paralelas al eje longitudinal del coche. Cuando las ruedas no están paralelas y tienen ese ángulo de toe que mencionábamos previamente, se generan unas deformaciones en la superficie de contacto del neumático con el asfalto. Esto provoca que haya una resistencia mayor a