A estas alturas ya está claro que la llegada de los hiperdeportivos al WEC han supuesto un subidón de interés en la categoría. La expectación es máxima entre los aficionados, los circuitos quieren albergar carreras y, lo mejor de todo, las marcas vuelven a estar interesadas en un campeonato que se había quedado solo con Toyota.
Ya para la primera temporada, la 2020/2021, Toyota tendrá competencia muy directa con Aston Martin, que presentará su Valkyrie en los circuitos. Además otros equipos como el Glickenhaus también darán batalla. En 2022 llega Peugeot, pese a haber perdido el apoyo de Rebellion. Pero parece que hay más marcas interesadas en entrar.
Desde el WEC le tiran los tejos a McLaren
La más evidente es McLaren. Zak Brown expresó hace unas semanas que la condición básica para que volviesen al WEC era que IMSA y ASO uniesen sus reglamentos. Eso sucedió poco después, creando la categoría LMDh, por lo que en McLaren ya no tienen excusas. De hecho, desde el propio WEC andan lanzándoles indirectas muy directas. Todo apunta a que veremos el McLaren Senna en Le Mans más pronto que tarde.
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Pero en los últimos días dos nuevas marcas han surgido postulándose a participar en el WEC. La primera, la más rimbombante de todas: Ferrari. Antonello Coletta, el director de GT de la marca italiana, ha reconocido abiertamente que están muy interesados en crear su propio monoplaza para la