Contenido
¿Cómo funciona?
¿Cuáles son las principales ventajas?
¿Y los inconvenientes?
¿Qué coches equipan este tipo de caja de cambios?
Si no eres un avezado en el mundo del motor seguramente para ti solo existan dos tipos de cambio, manual y automático. Sin embargo, dentro de los cambios automáticos podemos encontrar varios tipos diferentes, los cuales vamos a contarte en una serie de artículos: cómo funcionan, sus pros y sus contras, en qué coches podemos encontrarlos… Para ello, en este primer artículo comenzaremos por las automáticas de convertidor de par.
Podemos decir que una caja de cambios automática por convertidor de par es la caja de cambios por antonomasia, la más extendida y utilizada, sobre todo en coches de los 80, 90 y primeros años de los 2000. Están formadas principalmente por tres elementos: el convertidor de par, un tren de engranajes epicicloidal y la mecatrónica.
¿Cómo funciona?
A la salida del motor nos encontramos con el convertidor de par que hace las veces de embrague hidráulico. Imagínate dos hélices dentro de un recipiente de aceite. La primera de ellas está unida al motor y recibe el nombre de turbina, y la segunda está conectada a los engranajes de la caja de cambio, recibiendo el nombre de bomba. Cuando el motor gira al ralentí la turbina tiene muy poca fuerza y apenas puede mover el aceite. Así, a medida que aumentan las revoluciones del motor aumenta la velocidad de giro de la turbina, creando ésta un “remolino o turbulencia” en el aceite que pone en marcha a la bomba, haciendo girar los engranajes de la caja de cambio. Una característica típica de este sistema es el resbalamiento que se produce a bajas velocidades de giro, el cual consiste en que la turbina gira ligeramente más rápida que la bomba (en torno a un 2 %). Evidentemente, el funcionamiento