Mientras que los coches eléctricos y electrificados se han mantenido como una porción marginal del mercado no ha habido una gran preocupación por los elementos vitales de estos vehículos. A medida que se ha ido incrementando su calado en los mercados internacionales la demanda de sus elementos se ha disparado exponencialmente y ahora empiezan las preocupaciones.
De un lado está el abastecimiento de materias primas para la producción de las baterías y por otro, no menos importante, la cuestión de qué hacer con las baterías y otros elementos una vez que acaban su vida útil. Toyota y Lexus se han propuesto recuperar y reciclar un 100% de las baterías que se utilizan en sus vehículos híbridos.
El difícil reto de reciclar todas las baterías de los coches electrificados
El corazón de los coches eléctricos son las baterías. Un motor es una pieza relativamente sencilla de fabricar y sustituir si es necesario, pero una batería es donde residen las características principales de estos vehículos: son las que determinan los límites del rendimiento y autonomía.
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Ahora bien, su producción requiere del uso de materiales caros en todos los sentidos. Los precios del níquel, litio, cobalto, grafito, manganeso o las tierras raras se están disparando a medida que su demanda se multiplica, pero su coste medioambiental es elevadísimo, así como el coste humanitario al estar vinculada su extracción con la vulneración de derechos humanos y, también, los derechos de los niños a los que