No os voy a engañar, poner a prueba la nueva generación del Bentley Flying Spur me hacía especial ilusión, y no solo por ser un coche completamente renovado, sino por encarnar uno de los cambios más importantes que ha vivido Bentley Motors en los últimos años. A partir de ahora el nuevo Bentley Flying Spur será la berlina de lujo de referencia para Bentley, un coche que llega al mercado dispuesto a romper moldes y, sobre todo, a demostrar que combinar deportividad, lujo y tecnología no es tan imposible como parece.
El desafío de combinar lo mejor de Continental GT y Mulsanne en un solo coche
Una vez más nuestros amigos de Bentley Marbella son los que hacen posible esta prueba, cediéndonos una preciosia unidad del Bentley Flying Spur 2020 configurada en color «Hallmark» para la carrocería y piel «Cricket Ball» para el interior. Además esta unidad no se trata de un Flying Spur cualquiera, y es que más allá de su configuración, se trata de una unidad perteneciente a la serie especial de lanzamiento First Edition. Junto con las llantas Mulliner specification en 22″, no se me ocurre mejor configuración para una berlina como esta.
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¿Y por qué tantas ganas en probar el nuevo Bentley Flying Spur? Pues os lo contaré empezando por mi última visita a la fábrica de Bentley, viaje que me sirvió para conocer la división Mulliner y poner a prueba los 60 años de historia del motor 6.75 V8. Gracias a este viaje pude conducir el primer y último Bentley con motor 6.75, un recorrido que fue posible gracias al ofrecimiento de Bentley para conducir un Bentley S2 de 1969 y justo después un Bentley Mulsanne Speed de 2019. Ya os podéis hacer una idea de la emoción que supuso para mí esta