Si hay un modelo icónico en el sector del automóvil ese es el Fiat 500. El Cinquecento de 1957 supuso una revolución en el país transalpino, pues ayudó a motorizarlo y sacarlo de la crisis. Pero no sólo triunfó en Italia, ya que el Seat 600 (su hermano) hizo lo propio en España. La reedición de 2007 supuso otro éxito de ventas que ni el propio Grupo FCA pudo prever. Ahora, 13 años después, llega la tercera entrega de este coqueto urbano.
Para mantener el éxito cosechado, los responsables del proyecto debían actualizarlo sin por ello perder su esencia. Para ello, han trabajado en dos frentes. El primero a nivel estético reinterpretado sus líneas y adaptándolas a los cánones del Siglo XXI. El segundo en la parte técnica. Aquí es donde está el cambio más radical, pues han creado el primer modelo eléctrico del Grupo FCA. Ha nacido el coqueto y encantador Fiat 500e.
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El Fiat 500e mantiene la esencia del Cinquecento de 1957
El trabajo llevado a cabo por el Centro Estile Fiat ha sido impecable. En el frontal destacan unos grupos ópticos LED dobles de nueva factura. Mantienen el mismo formato que los actuales, pero la parte superior del foco principal está separada a modo de ceja. La parrilla abandona el logo Fiat para adoptar el número “500”. Más abajo, en el paragolpes, aparece una toma de aire perforada de tamaño contenido.
Pasando a la vista lateral, encontramos algunas diferencias con su predecesor. La primera, que la carrocería es más redondeada y grande, pues incrementa la longitud exterior en 6 centímetros. El pilar “A” es ancho y robusto situando en la base unos retrovisores de nuevo diseño. Los paneles de la carrocería son sencillos, pero no carentes de personalidad. Destaca la línea cromada que nace del intermitente situado en el paso de rueda anterior.
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