El estado de alerta promulgado en España ha provocado un parón industrial y la eliminación de la mayoría de traslados por carretera. Obviamente, esta disminución de la actividad humana ha provocado que la contaminación producida por vehículos e industrias disminuya de manera muy notable. No solo ocurre en España, sino que en el resto de Europa e incluso en otros continentes, se ha detectado una mejora en la calidad del aire a causa de estas circunstancias especiales.
Pero, ¿cómo se cuantifica toda esta disminución de actividad humana en el estado general de la contaminación en nuestro país? Se han realizado varios estudios para determinar cómo se ha producido esa bajada en la contaminación medioambiental y desde luego, es una de las pocas cosas positivas que podemos encontrar en esta situación.
Menos actividad, menos contaminación
La cantidad de partículas en suspensión en la atmósfera se puede medir gracias a la actuación de satélites como el Sentinel-5P del programa Copernicus. Este satélite se encarga de tomar imágenes de Europa y entre sus funciones está la de realizar mediciones de dióxido de nitrógeno (NO2) en la atmósfera, tal y como lo demuestran estas imágenes ofrecidas por la agencia Sinc.
Para determinar bien esta reducción de este elemento contaminante se ha tomado una franja temporal del 16 al 25 de marzo, una horquilla de 10 días que ayuda a comparar con la media de contaminación durante el año 2019. Una manera clara de poder observar la caída de la contaminación porque se puede ver la diferencia entre unos meses y este periodo de tiempo corto, pero muy descriptivo de la situación actual.
Las mayores diferencias se pueden apreciar en las grandes ciudades. Madrid, Barcelona o Valencia experimentan una considerable bajada de la cantidad de dióxido de nitrógeno. La ausencia de traslados en coche y la limitación de transporte pesado ayuda a eliminar la contaminación. Esta situación se repite en otras grandes ciudades de Europa como París, Milán o Roma. Pero las causas de esta caída en la contaminación no se limitan a la reducción de tráfico rodado.
En el mes de febrero se registraba un nivel de vuelos habitual, pero el día 29 de marzo se registran muchos menos vuelos en el espacio aéreo mundial. Esto ha ayudado también a reducir la presencia de gases contaminantes en la atmósfera. La limpieza del aire alrededor de las ciudades es algo que nos llevamos de este confinamiento tan extraño y que nos dejará un tiempo para respirar mejor y sin todos esos gases contaminantes que hacen que nuestras ciudades sean, en condiciones normales, bastante más irrespirables.