La tecnología híbrida enchufable es una de las opciones de electrificación que ofrece la gama Peugeot. Este capítulo de la ‘Guía Peugeot del coche electrificado’ se centra en la conducción de este tipo de automóviles: ¿es tan diferente a la de un modelo convencional con motor de combustión, un híbrido o un eléctrico?
Para muchos, los híbridos enchufables suponen el sistema de propulsión electrificado más práctico y satisfactorio de la actualidad. Y es que estos modelos combinan en un solo coche lo mejor de tres mundos: el de los automóviles tradicionales de combustión, los híbridos y los eléctricos. Y, además, eliminan muchos de los inconvenientes que plantean cada una de esas tecnologías. Frente a los eléctricos, ofrecen una superior autonomía y un menor tiempo de recarga; respecto a los híbridos, pueden recorrer muchos más kilómetros en modo eléctrico; y frente a los modelos de combustión, ofrecen unos consumos mucho más bajos y la experiencia de uso de un eléctrico.
1. Permiten vivir la experiencia de conducción de un eléctrico
Un híbrido enchufable nos traslada a otra dimensión en la conducción cuando circulamos en modo eléctrico. Desplazarse en calma, sin ruidos ni vibraciones, y con una sensación de empuje fluida; es algo que encanta a la mayoría de los conductores que lo prueban. Y no se trata de una experiencia fugaz, como sucede con los híbridos: los Peugeot 3008 Hybrid, 508 Hybrid y 508 SW Hybrid ofrecen hasta 59 kilómetros de autonomía 100% eléctrica (WLTP). Y si se dispone de un punto de carga en casa y otro en el trabajo, se pueden hacer cerca de 120 kilómetros diarios en modo eléctrico.
2. Más recargas, pero menos necesarias
Los eléctricos más modernos tienen una autonomía que supera con creces las necesidades de la inmensa mayoría de los usuarios (el Peugeot e-208 ofrece 340 kilómetros de autonomía