Un mundo nuevo. Aunque a todos nos apasionan las carreras, el mundo de los automóviles o del transporte terrestre es muy rico, algo que permite no solo que haya una gran variedad de tecnologías y de máquinas, sino que esta riqueza mecánica también se pueda reflejar en uno de los pasatiempos favoritos para todos: los videojuegos. Y es que se puede competir por ser el más rápido en un circuito, por completar un tramo del punto A al B en el menor tiempo posible o incluso por ver quién es más estiloso conduciendo, sin embargo, hay lugar para disfrutar al volante más allá de todos ellos y desde luego SnowRunner es una buena demostración de este apartado.
Y es que sin duda son este tipo de títulos los que nos trasportan a una forma distinta de entender los videojuegos con el hilo argumental de los vehículos. Una mezcla entre el entretenimiento que supone experimentar retos nuevos y el reto en materia de técnica, ingenio y en ocasiones resolución de problemas que nos muestran apuestas como esta, la sucesora de MudRunner, título de la saga Spintires que ha sido desarrollado una vez más por el estudio yanqui “Saber Interactive”. SnowRunner da una última vuelta de tuerca a esta atrevida propuesta que supone no solo lanzar un productor con coches y camiones que no implican carreras, sino que además es capaz de trasladarnos a lo más profundo de la Michigan rural, Alaska y Rusia.
El éxito de otros simuladores de conducción como American Truck Simulator o su variante continental, European Truck Simulator, llevó a que hace unos años Oovee Games decidiera lanzar una campaña Kickstarter en 2013 para proponernos esta experiencia en la que podríamos sentir en primera persona la dificultad que suponía conducir en medio de bosques, en pistas forestales anegadas y con