Con mucha cautela, e incertidumbre, el país comienza a prepararse para recorrer el camino de lo que el propio Gobierno calificaba como «la nueva normalidad». A la espera de que se vayan detallando mejor los planes de desescalada, definidos en cuatro fases, las diferentes actividades económicas comienzan a definir cómo irán adaptándose a la desescalada para reanudar su actividad. La industria del automóvil esperaba, como agua de mayo, y nunca mejor dicho, que se comenzaran a dar estos pasos. Y a día de hoy ya podemos confirmaros que, efectivamente, las matriculaciones de coches han comenzado a despegar y a marcar el inicio de la recuperación. Ahora bien, ¿eso qué significa? ¿y por qué han despegado las matriculaciones antes incluso de que entren en juego las medidas de la fase inicial, o fase cero de desescalada, en la que nos encontramos?
El hundimiento de las ventas de coches
Los últimos datos de matriculaciones de coches que analizábamos, al cierre del viernes 17, eran terribles. Apenas 1.309 turismos matriculados en 17 días, de los cuales solo 248 coches iban destinados a particulares. Lo normal en esas fechas, en una situación normal, hubiera sido que las matriculaciones superaran con creces los 40.000, o incluso los 50.000 coches.
La situación, en cualquier caso, no podía sorprendernos. A pesar de que los concesionarios han mantenido parte de su actividad, mediante la venta telemática, el cierre de los establecimientos ha paralizado las ventas de coches, reduciéndose el grueso de las matriculaciones a flotas de servicios públicos y de las empresas que han mantenido parcial o totalmente su actividad estos días.
Desde el comienzo de la crisis de la COVID-19, y la declaración del estado de alarma, han dejado de venderse más de 100.000 coches
A estas alturas ya han dejado de venderse más de 100.000 coches. Pero la duda ahora,