SEAT cerró el primer trimestre del 2020 con números rojos a consecuencia del coronavirus. La filial española del Grupo Volkswagen registró un balance operativo de menos 48 millones de euros, en contraste con los 89 millones de euros que ganó en el mismo período del año anterior.
Las cifras responden al batacazo en ventas generalizado que ha supuesto la pandemia, y que en el caso concreto de la firma de Martorell se cifra en una caída del 20,6%, durante los tres primeros meses del año, hasta las 140.000 unidades comercializadas en todo el mundo (incluyendo el Audi A1, que se fabrica en la planta barcelonesa).
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Una coyuntura compleja aunque esperada, después de que los concesionarios y las fábricas de coches se hayan visto obligados a cesar su actividad en la mayor parte del mundo. En el caso concreto de España, la paralización se decretó hace ya un mes y medio, cuando se estableció el estado de alarma.
Si bien, esta misma semana SEAT Martorell y otras factorías españolas, retomaron su producción de forma paulatina insuflando un soplo de aire fresco al sector.
En cualquier caso, la crisis del COVID-19 ha frenado en seco el ascenso imparable de SEAT en los últimos cuatro años. Desde 2016, una vez superados los efectos de la crisis económica de 2008, no ha dejado de encadenar récords anuales de rentabilidad.
De hecho, SEAT concluyó 2019 como la casa más