En Polestar (filial del gigante chino Geely) avanzan con paso firme para hacer realidad su compacto eléctrico a gran escala. De hecho, ni siquiera la pandemia ha impedido que el Polestar 2 empezara a fabricarse en la planta de Luqiao, desde finales de marzo, y que opera Volvo en China.
Pero al nuevo eléctrico aún le queda pasar por la fase más ‘dolorosa’: la de pruebas de choque preliminares para medir el rendimiento y la seguridad de sus baterías. Y en ello está.
Objetivo: proteger la batería en caso de colisión
La batería de 78 kWh se integra bajo el suelo del Polestar 2. Protegida por una caja de aluminio de alta rigidez, se ha diseñado para cancelar ciertas frecuencias vibratorias, actuando como un amortiguador para reducir los llamados ruidos, vibraciones y asperezas.
Según explica la firma deportiva, en el caso de un choque, la batería se desconecta automáticamente del resto del vehículo para garantizar que no haya conexión eléctrica. Para ello, el Polestar 2 equipa el llamado ‘bloque SPOC’ (Severe Partial Offset Crash por sus siglas en inglés), un cortafuegos.
Se trata de un un bloque de aluminio sólido deflector alojado en el borde inferior del cortafuegos delantero a cada lado del automóvil y diseñado para minimizar la intrusión de la rueda y otros objetos en la cabina y hacia la batería durante colisiones frontales.
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