McLaren ya apuntaba a que su situación económica no era la mejor cuando hace solo unas semanas pedían una ayuda al Departamento de Estrategia Comercial, Energética e Industrial (BEIS) un importante préstamo de 150 millones de libras esterlinas que les sería negado. Tras ello, se apuntó a que la firma británica estaba decidida a poner parte de su colección de vehículos históricos de competición como aval para obtener una inyección económica que les permitiera salir adelante, sin embargo, inevitablemente ha habido una obligada reestructuración de plantilla que afectaría a más de un millar de empleados.
Según se apunta, es McLaren Automotive la más afectada en cuanto a despidos, seguido de la parte de ingeniería y por último el equipo de Fórmula 1, en el que debería haber un recorte que rondaría en torno a los 70 empleados. Obviamente es en la parte de fabricación de vehículos de calle donde se aplicará el mayor golpe a la plantilla, estimándose que se tratarían de unos 1.000 trabajadores que perderían sus puestos de trabajo, lo que supondría algo menos de un 10% del total.
La bajada en las ventas de coches de los últimos meses y la pandemia que no solo afecta a la industria, sino también el dinero que perciben en forma de derechos comerciales y televisivos de dos de los grandes programas deportivos que tiene la compañía en marcha, tanto en las Indycar Series como en el Mundial de Fórmula 1, han hecho que sea inevitable esta reestructuración que ya ha sido confirmada por la propia compañía. Obviamente, los planes de futuro en el campeonato norteamericano o la posibilidad de desarrollar un LMDh para competir en el WEC y el IMSA se pueden ver también significativamente alterados.
Lamentamos profundamente el impacto que esta reestructuración tendrá en nuestra gente, especialmente en la que sus trabajos se