En toda la historia de la Fórmula 1 hay 33 pilotos que han logrado coronarse como campeones del mundo, aunque de ellos sólo 32 fueron conscientes de su logro. El único que no lo hizo fue el de la temporada 1970, una de las más trágicas y cambiantes de toda historia de la categoría reina del automovilismo.
Un piloto austriaco nacido en Alemania, Jochen Rindt, iba camino de ser campeón del mundo. Había ganado todas las carreras que había conseguido terminar. El mundial tenía escrito su nombre, pero su destino cambió un fatal día en Monza. Ésta es la agridulce historia de Jochen Rindt, el único campeón póstumo de la Fórmula 1.
Rindt ganó el mundial de Fórmula 1 un mes después de fallecer en Monza
Jochen nació en Maguncia, Alemania, en 1942, con la II Guerra Mundial se desarrollándose por toda Europa. Precisamente en un bombardeo aéreo de las fuerzas aliadas fallecieron sus padres, de modo que Rindt tuvo que mudarse a Graz, Austria, donde creció con sus abuelos e inició su pasión por las carreras.
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Precisamente esta circunstancia hace que Rindt sea recordado como el primer campeón austriaco ya que, pese a que nunca tuvo dicha nacionalidad, corría bajo licencia austriaca. Lo del primer alemán campeón quedó vacante unos años más hasta que llegó un tal Michael Schumacher a pulverizar todos los récords.
La andadura de Jochen Rindt en la Fórmula