La alianza entre Renault, Nissan y Mitsubishi necesitaba desde hace tiempo un impulso, hacer piña, demostrar que hay un proyecto competente detrás, un objetivo común, y motivos para dar tranquilidad a sus inversores. Ese era precisamente el objetivo de la presentación que ha tenido lugar hoy, dar carpetazo a la crisis que ha acusado la alianza desde que estallara el escándalo Ghosn y que con la irrupción de la COVID-19 no ha hecho otra cosa que acentuarse. La alianza ha presentado un proyecto, realmente amplio, que puede resumirse en la búsqueda de la optimización, la reducción de redundancias y un plan que implica la distribución del globo en áreas que serán responsabilidad de cada una de las marcas y liderazgos. Liderazgos en la alianza como el que ostentará Renault en Europa y en el segmento SUV compacto para Nissan.
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Nissan cede el liderazgo en Europa a Renault
Renault será la marca que lidere las estrategias de la alianza en Europa (incluida Rusia), Sudamérica y África del Norte. Nissan será la referencia en China, Norteamérica y Japón. Mientras que Mitsubishi hará lo propio en Oceanía y en el Sureste Asiático (ASEAN). La alianza entre Renault, Nissan y Mitsubishi espera que la mitad de todos sus desarrollos a partir de 2025 sigan una estrategia en la que un fabricante lidere y el resto sigan sus pasos.
Eso no implica necesariamente una reestructuración dramática para Nissan en Europa, por el hecho de que este sea el mercado liderado por Renault. Pero sí que en un proceso de optimización y de costes, y eliminación de redundancias, en la selección de aquellos productos que proseguirán en el mercado, y los que podrían replantearse, Renault tendrá una posición privilegiada frente a los japoneses. No obstante, Nissan liderará la alianza en el desarrollo del que