La firma nipona lleva 14 años comercializando su Toyota RAV4. Un coche que ha sufrido importantísimos cambios a lo largo de su historia. Lo que antes era un todoterreno al uso con la rueda de repuesto en el portón trasero, ahora es un Vehículo Utilitario Deportivo, o sea un SUV.
La quinta generación del Toyota RAV4 nació a comienzos del pasado año 2019 pero los japoneses han querido darle un pequeño retoque en equipamiento y acabados de cara a 2020. Así que ha merecido la pena esperar un tiempo para probar el, ahora sí, definitivo RAV4 de quinta generación. Si quieres saber por qué nos ha gustado en prácticamente todo, sigue leyendo.
Diseño a la altura
El Toyota RAV4 ha sufrido infinitos cambios de diseño a lo largo de sus cinco generaciones. Es un modelo completamente diferente respecto a su primigenio. Ahora, en esta nueva entrega, mide 4,6 metros de largo, 1,85 de ancho y 1,69 de alto. Su batalla es casi de 2,70 metros por lo que presenta un habitáculo confortable que luego mencionaremos, especialmente en la segunda fila de asientos.
Este todoterreno del segmento C se produce sobre la nueva plataforma global de Toyota, TNGA. Le permite conseguir un punto de gravedad más bajo lo que se traduce inmediatamente en una conducción más deportiva, segura y confortable. Actualmente, el RAV4 compite con tres modelos similares por tamaño y propulsión híbrida. El Subaru Forester, aunque menos potente, encajaría en la comparativa. El Lexus NX sería otro modelo similar pero sin duda el Honda CR-V híbrido es un calco del modelo japonés.
Interior de nivel
Nuestra unidad probada equipaba el acabado Feel! Un nivel de acabado que contaba con un equipamiento propio de un coche de segmento superior. Desde el nivel Advance, el interior del Toyota RAV4 cuenta con cámara trasera, cargador inalámbrico, sensores de parking delanteros y traseros o cristales traseros oscurecidos. Desde el Advance Plus tendremos tapicería de cuero sintético o acceso sin llave con, además, portón de apertura eléctrica.
Nuestro acabado ya contaba con los asientos calefactados, levas en el volante y equipo de sonido JBL. Con la nueva actualización, además cuenta con algunas tecnologías de asistencia a la conducción de serie como la detección de ángulo muerto y la alerta de tráfico cruzado trasero.
La impresión general cuando nos montamos en el Toyota RAV4 fue de estar ante un coche completamente orientado a los pasajeros. Ahora nos meteremos con su dinámica, pero sin duda Toyota ha logrado un coche ideado para el confort. El espacio para los ocupantes delanteros es más que sobresaliente. Tanto para la cabeza como para las piernas. En las plazas de detrás, pese a que un tercer ocupante adulto viajará algo justo en el centro, el espacio para los hombros y las piernas es muy bueno gracias sobre todo a esa batalla de 2,70 metros.
Sistema híbrido y rendimiento
El sistema híbrido del nuevo Toyota RAV4 combina el motor gasolina de 2,5 litros tipo Atkinson con otro eléctrico. El motor entrega una potencia total de algo más de 220 CV. La potencia es ligeramente superior en la versión 4×4 y respecto al modelo pre-actualización. Nuestra unidad, la 4×4, cuenta con una batería de hidruro de níquel con una capacidad de 1,6 kWh.
Como ya sabemos, los híbridos de Toyota son puros y el coche gestiona de manera autónoma cuándo entregar energía eléctrica o energía térmica. Y lo hace de manera realmente buena ya que el RAV4 es el coche de entre todos sus rivales que menos consume. Tras una semana de pruebas a fondo por todos los terrenos posibles, la cifra que cerró el ordenador de abordo fue de 5,9 l/100 km. Este genial uso del sistema híbrido es uno de los motivos por los que alabar el trabajo de Toyota en sus modelos ECO.
Aunque para que no sean todas buenas palabras, debemos decir que nos sigue pareciendo un atraso que la caja de cambios asociada a su motor continúe siendo un CVT de variador. Y aunque es cierto que la firma japonesa ha mejorado en el rendimiento de esta transmisión, a veces la notamos perezosa en fases de fuertes aceleraciones.
Además de cómodo por dentro, va de lujo
El Toyota RAV4 es un coche para ir tranquilo, eso está claro. Pero dentro de esa premisa, es un SUV que va de lujo. Tanto por carretera como por ciudad y campo, el todocamino japonés se desenvuelve notablemente bien. En ciudad, su conducción nos servirá para reducir consumos. Por campo, utilizaremos su buen altura libre al suelo y su tracción total para divertirnos por caminos ligeramente rotos. Y por carretera, podremos comernos los kilómetros sin enterarnos.
El aplomo sobre el asfalto es digno de un coche de su tamaño. El RAV4 puede coger altas velocidades sin oscilaciones de carrocería, sin que el aire se filtre en el habitáculo y sin que nos demos cuenta que vamos realmente a esa velocidad. En este caso, el consumo subirá ligeramente pero nunca superando los 7 litros.
Hora de decidirse
Y como siempre digo, la decisión de comprar un coche no la tomamos nosotros. Una semana con este modelo me ha servido para darme cuenta de que es un coche familiar que sí me compraría. Pero, como siempre, hay que valorar nuestras necesidades y poner en una balanza los pros y los contras.
Este coche es un súper clase, un icono de Toyota que ha mejorado en su quinta generación. Con un lujo interior sobresaliente, una capacidad al nivel de los rivales y un diseño conservador pero atractivo, nada parece oponerse a hacernos con uno de ellos. Pero, como suele ser habitual, el precio tiende a echarnos hacia atrás.
Tirando de configurador de Toyota, este modelo con acabado Feel y tracción 4×4, pero sin equipar ningún extra, parte desde casi 41.000€. A nuestra unidad le debemos añadir los 225€ del bi-tono Blanco Perlado, los 1.300€ del techo panorámico practicable y los 800€ del Sistema de Navegación. Con todo, el precio final es de 43.325€. Es cierto que su rival más directo, el CR-V es más caro. Pero aun así, su precio puede condenarle a cosechar menos ventas de las merecidas por todo lo que os hemos comentado.
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