Debido a las normativas consecuencia de la COVID-19, mucha gente se lava las manos con desinfectante cuando vuelve a su coche después de un trayecto. Esto es bueno para la salud del dueño, pero podría ser malo para el interior del vehículo. Los productos químicos como el etanol, que suele encontrarse en los desinfectantes de manos, pueden reaccionar con las superficies del coche, haciendo que se desgasten prematuramente si no están protegidos por acabados especiales.
Los ingenieros de Ford realizan pruebas con nuevos productos en los materiales usados en los vehículos de la compañía. Basándose en los resultados de las pruebas, la constitución química de los revestimientos protectores puede ser reformulada para asegurar que los interiores de los vehículos se mantengan en buen estado. Las pruebas también se aplican a los accesorios de almacenaje, vendidos a través de la División de Servicio al Cliente de Ford, como revestimientos del maletero o cubiertas plásticas interiores.
«El desinfectante de manos es un producto que hemos visto usar cada vez más desde hace algunos años, así lleva siendo parte de nuestras pruebas desde hace mucho tiempo», cuenta Mark Montgomery, ingeniero superior de Materiales del Centro de Tecnología de Materiales para Ford Europa en el Centro Técnico de Dunton (Reino Unido). «Incluso el producto de apariencia más inofensiva puede resultar problemático al entrar en contacto con las superficies del vehículo, pero los desinfectantes de manos, la crema solar o el repelente de insectos pueden ser particularmente dañinos».
El uso de desinfectantes de manos ha aumentado considerablemente desde el brote de la COVID-19. En España, solo durante el mes de febrero, las ventas de desinfectantes de manos se dispararon un 700 por cien. En Italia, las ventas de desinfectantes de manos se multiplicaron por 18 al comparar los datos semanales interanuales. Algunas previsiones recientes sugieren que el mercado