El último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente es preocupante. Según los datos que arroja, las emisiones promedio de CO₂ de los automóviles nuevos matriculados en la UE, Reino Unido, e Islandia aumentaron en 2018 por segundo año consecutivo.
Este incremento se debe, según la agencia, al aumento de la cuota de mercado de vehículos SUV de gasolina unido a la lenta penetración de coches eléctricos. En este escenario, Bruselas ha pedido a los fabricantes «mayores esfuerzos» para reducir la huella de carbono.
Solo un fabricante no cumplió los objetivos de emisiones en 2018
Según el informe, de 2010 a 2016 se produjo un descenso constante de las emisiones promedio de vehículos nuevos de casi 22 g/km de CO₂. Sin embargo, en 2017 aumentaron un 0,4, y un año después la subida llegó hasta los 2,3 g/km de CO₂, alcanzando los 148 g de media según ciclo WLTP (121 g según ciclo NEDC).
Si bien se sitúa un 7 % por debajo del objetivo de 2018 de 130 g/ km, la agencia alerta de que todavía se debe llenar un vacío considerable del 27 % para alcanzar el objetivo de 95 g/km de CO₂ que se aplica a partir de 2020. En un escenario similar se encuentran los vehículos comerciales: en 2018 las emisiones medias todavía estaban un 7 % por encima del objetivo de 2020.
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