El anuncio del cierre de la factoría Nissan de Barcelona y de la reestructuración de Renault ha sido una llamada de atención para la industria del automóvil en España. De repente, nos despertamos viendo que sí, las fábricas puden cerrar y la producción marcharse a otros países.
Y más aún en un contexto de cambio estructural de la movilidad (coche compartido, alquiler) y de necesidad por parte de los fabricantes de producir y vender coches eléctricos. ¿Qué podemos hacer como país? ¿Cómo se puede evitar? O mejor aún ¿cómo podemos hacer, más allá de la ventaja salarial, para ser un país atractivo para la industria automotriz?
En Motorpasión
Cómo transformar un coche gasolina o diésel a coche eléctrico: cuánto cuesta y quién lo hace en España
España, con más de 2,7 millones de vehículos fabricados en 2019, es el segundo mayor fabricante de Europa de automóviles y vehículos industriales ligeros, por detrás de Alemania (4,6 millones) y seguido de Francia (2,2 millones). Para nuestro país, el sector de la automoción es un sector vital, representa el 10 % de nuestro PIB y emplea al 9 % de la población activa.
Es normal, por tanto, que se mire con cierto miedo el cierre de la fábrica barcelonesa de Nissan, los movimientos de Renault, y los del Grupo PSA en su fusión con el grupo FCA, al mismo tiempo que se mantiene un ojo sobre la situación de Ford y los movimientos del Grupo Volkswagen.
No olvidemos que el Grupo PSA posee tres fábricas de coches en España,