No cabe duda que el Toyota GR Yaris será un modelo que acabará en el garaje de muchos coleccionistas. Cuando la marca anunció su llegada, y puesta en producción, nos alegramos infinitamente. En ese momento, el Volkswagen Polo GTI fue consciente de que tendría que medir sus fuerzas con un rival que a buen seguro le superará en todo. Sin embargo, tanta radicalidad puede no ser bien vista por «según qué clientes».
De ahí que nazca el Toyota GR Yaris RS. Y os preguntaréis ¿qué diferencia a un modelo de otro? Pues aunque a simple vista no lo parezca, hay más cambios de las esperados. Tantos que llegan al tren motriz, el nivel tecnológico o la puesta a punto de su chasis. Pero no os asustéis, que aún así mantiene la esencia del modelo del que deriva. Si te gusta, estate muy atento, porque su propuesta es muy razonable e interesante.
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El Toyota GR Yaris RS es fachada, bonita, pero fachada
El Toyota GR Yaris RS hace uso del bloque gasolina 1.5 litros con tres cilindros y aspiración atmosférica. Su rendimiento final es de 120 CV y un par máximo de 145 Nm. Para su gestión, los responsables de la marca han confiado en una transmisión de tipo automático por variador contínuo Direct Shift-CVT y 10 etapas en modo Shiftmatic. Este conjunto, se aleja del que monta el GR Yaris «gordo», pero tiene cierto sentido.
Otros elementos que el GR Yaris RS deja atrás son el sistema de tracción total GR-FOUR o el diferencial Torsen en cada eje. Todo ello redunda, como es de esperar, en una dinámica menos exigente, aunque eso sí, más aprovechable en el día a día. Las prestaciones, que no han sido anunciadas, tampoco son para tirar cohetes. Lo sabemos, porque la relación peso potencia es de 9,4 kilos por CV,