Hace ya un año que la nueva generación del Chevrolet Corvette se desveló ante el mundo. El C8 ha firmado un antes y un después para la historia del superdeportivo, montando por primera vez un propulsor central trasero: un corazón V8 de 495 CV. Y las preparaciones no se han hecho esperar: la última la firma Late Model Racecraft (LMR) y lo convierte en una bestia biturbo de 1.217 CV.
Esta firma tejana está especializada en ofrecer programas de potenciación para el Chevrolet Corvette: las tres últimas generaciones del modelo americano han pasado por sus manos, incluyendo al Corvette C8 Stingray, que ya tienen listo.
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Así, aderezan la espera de las variantes más potentes del nuevo Corvette, como el ZR1 o el Z06, que se espera para el año que viene y del que se rumorea que podría superar los 800 CV. Y cuando lleguen, seguro que también pasan por sus manos, como ha ocurrido con el C7 y el C7.
Inyección de más de 700 CV como aperitivo
A diferencia de otros preparadores, los chicos de LMR no reprograman la centralita electrónica del nuevo Corvette. La inyección de potencia viene de la mano de dos enormes turbos gemelos que van acoplados directamente al LT2 Small Block del deportivo y queda flanqueado por ellos.
Esto ha obligado a reconfigurar algunos de sus ingredientes mecánicos, como por ejemplo el intercooler, que queda ubicado por