El futuro incierto sobre el dúo Subaru BRZ y Toyota GT86 ha tenido, incluso, en su actualización de 2016 la muestra en que la alianza entre ambos fabricantes por ofrecer un vehículo muy popular el Japón pero que, en mercados como el español, ofrece unas ventas minoritarias se mantiene.
Por eso y aunque las dudas sobre una nueva generación se mantienen y se mantendrán hasta que estos mellizos sean presentados a partir de su completamente nueva producción, los rumores sobre sus sucesores aparecen sigilosa pero incesantemente.
Y es que esperamos una nueva generación que, no solo el Toyota cambiará de nombre asumiendo, de una parte, las siglas GR, del departamento de preparaciones deportivas y competición Gazoo Racing, y, de otra, manteniendo el ‘hachi roku’ en su nomenclatura, sino que contará con un nuevo propulsor.
Sabemos que el motor atmosférico 2.0 bóxer de Subaru tiene los días contados, tanto en sus modelos ya existentes como en los venideros. La aplicación del entorno CAFE que, lejos de significar un estimulante impulso a las mecánicas más emocionantes supone un un sesgo hacia aquellas cuyas emisiones superen los 95 gramos de dióxido de carbono por cada kilómetro circulado, implica que, fabricantes como la firma que asume la constelación de Pléyades como emblema, recurra a nuevas soluciones que permitan a los automóviles de nuevo cuño vivir o sobrevivir en una coyuntura que exige más rendimiento y mayor eficiencia en el uso de los carburantes fósiles.
Por eso y, retomando los primeros rumores que apuntaba a que el Subaru BRZ y su mellizo el Toyota GR86 dispondrían del que, parece ser que también será el motor del próximo Subaru WRX STI, el ya existente 2.4 turbo pero con una potencia próxima a 300 CV, los reportes desde el país originario de ambas marcas y modelos muestran una nueva dirección en cuanto a una nueva perspectiva comercial de estos deportivos asequibles.
Fieles al motor bóxer
Según lo que se publica en medios nipones, la segunda generación del ‘Toyobaru’ contaría con hasta tres niveles de potencia siempre basados en motores de cuatro cilindros en disposición horizontal y opuesta (bóxer) pero con distinta cilindrada. Así, el más básico contaría con el motor turboalimentado de 1.5 litros como acceso, en el escalón intermedio, el motor 1.8 litros y sobrealimentación y, como tope de gama, el citado 2.4 turbo.
De esta manera, la nueva generación del Subaru BRZ y del Toyota GR86, de uno de ellos o de ambos, pudiera ofrecer un catálogo similar al que ya muestra el Toyota GR Supra con sus diferentes niveles de potencia en función del bloque elegido.