Hace tiempo que la potente imagen de una cueva de cuyo orificio emana una pila de coches herrumbrosos es popular en las redes sociales. Apodada como ‘Cavern of Lost Souls’ (la Caverna de las Almas Perdidas) es un sitio predilecto para los amantes de los lugares abandonados, exploradores y youtubers, que descubrieron el lugar hace tan solo unos años.
Esta oscura cueva de 30 metros de profundidad, ubicada en Gales, alberga cientos de coches -y electrodomésticos- que una despreocupada población decidió tirar en los años 60. Una historia con toques de misterio y un sabor agridulce.
Un rayo de luz que ilumina un desastre medioambiental
Explored the caves recently ….Nicknamed the Cavern of Lost Souls ….consisted of complete darkness, cold temperatures and 100ft drops but was well worth the experience 🔦 🧗🏻♂️ 📸 pic.twitter.com/FRU2PgbLj3— Leon Jones (@iamleonjones) July 15, 2020
Esta cueva, ubicada bajo una montaña de Ceredigion, Gales, formaba parte de la antigua mina de pizarra de Gaewern, que fue abandonada en los años 60-70, tras 124 años de explotación. Los trabajos en Gaewern fueron subterráneos con algunos trabajos abiertos, establecidos alrededor de 1820.
Y como el desprecio del ser humano -de algunos seres humanos- por el medio ambiente no tiene límites, los habitantes de Corris Uchaf, al sur del Parque Nacional Snowdonia en Gwynedd, Gales, encontraron esta cavidad natural un lugar perfecto no solo para abandonar vehículos, sino también electrodomésticos y chatarra.
En Motorpasión
Hashima, el islote que compró Mitsubishi: de infierno minero para 5.000 personas a destino turístico morboso
Las extensas canteras de pizarra que rodean el