Las cajas negras, más asociadas a la esfera aeronáutica que a la automotriz, formarán parte del equipamiento de todos los coches nuevos que se vendan en la UE a partir de 2022, y también los modelos que no la lleven tendrán que adaptarse. ¿El objetivo? Grabar los segundos de antes, durante y después de una colisión.
En este escenario hemos conocido cómo uno de estos dispositivos ha permitido, en una sentencia pionera en Catalunya, reconstruir un siniestro y determinar de quién fue la responsabilidad penal.
Las máquinas como testigos fiables
El caso data de 2014 y el Juzgado Penal 27 de Barcelona ha dictado sentencia. Según publica La Vanguardia, un taxi, equipado con caja negra, chocó contra otro turismo en una intersección en Badalona.
Resultaron gravemente heridos los tres pasajeros del vehículo particular y la pasajera del taxi, pero en un primer momento los cálculos matemáticos no pudieron probar cómo se desarrollaron los hechos y si el taxista había arrancado antes de que el semáforo se pusiera en verde, tal y como alegaba la defensa del otro vehículo.
El otro conductor, que circulaba a una velocidad excesiva, iba a ser absuelto a petición de la Fiscalía al no poderse determinar qué pasó, pero el caso dio un giro cuando se presentó la prueba pericial de la caja negra, también llamada Event Data Recorder.
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Estos dispositivos pueden recoger datos relacionados con los movimientos de dirección del vehículo, aceleración y desaceleración, estado de los sistemas de seguridad (como