En el actual contexto de crisis económica que vivimos, y en el que el sector del automóvil está experimentando sus peores registros en años, la inminente subida de precios de los coches nuevos a partir del 1 de enero de 2021 debido al impuesto de matriculación flaco favor le hará a unos fabricantes que sólo han visto crecer sus ventas un 1,1 % este pasado mes de julio a pesar de los incentivos del Plan Renove y Plan MOVES II.
A partir de 2021 el impuesto de matriculación se calculará según el ciclo WLTP
El impuesto de matriculación con el que es gravado actualmente la compra de un coche nuevo, sin olvidar el reglamentario 21 % en concepto de IVA, se calcula en base a las emisiones de CO2 que homologa ese vehículo, de forma que cuanto mayores sean esas emisiones mayor será la cantidad que deberemos abonar a las arcas públicas. De esta forma lo que se pretende es favorecer la compra de vehículos ecológicos, aunque ello beneficia a los motores diésel, los cuales tienen unas menores emisiones de dióxido de carbono que los gasolina, pero emiten más cantidad de otras sustancias nocivas, como los famosos NOx.
A partir del 1 de enero de 2021 las emisiones para el impuesto de circulación serán las correspondientes al WLTP, las cuales son mayores.
Si recordamos, en 2017 apareció un nuevo ciclo de homologación llamado WLTP, que daba como resultado unos consumos de combustible más altos y ajustados a la realidad, pero también, y como es lógico, unas mayores emisiones de CO2 (si consumimos más combustible es porque estamos quemando más cantidad, y por simple estequimetría la cantidad de dióxido de carbono resultante será también mayor). Así pues, esta subida en las emisiones representaría un mayor impuesto de matriculación en aquellos vehículos en los que tuviera