Volkswagen ha simplificado la gama del Volkswagen Polo, su emblemático utilitario, que dice adiós a las motorizaciones diésel y a su versión de gasolina más radical: el Volkswagen Polo GTI ya no se puede configurar.
La variante más prestacional de la sexta generación del icónico modelo llegó a comienzos de 2018 montando un chasis específico, más bajo y rígido, y un motor 2.0 TSI de 200 caballos asociado a una transmisión manual de seis velocidades o a una automática de doble embrague DSG para coronar la gama.
Volkswagen Polo GTI.
Ahora, esa opción desaparece y la oferta se limita a seis posibles configuraciones entre motorizaciones y acabados, y dos niveles de potencia.
Cuatro acabados y adiós al diésel
El Volkswagen Polo se puede escoger entre cuatro acabados, Edition, Advance, United y R-Line, mientras que bajo el capó desaparecen las alternativas de gasóleo y solo se puede elegir entre dos motores gasolina con potencias de 80 CV o 115 CV.
En concreto, los propulsores gasolina son el 1.0 EVO de 80 CV gestionado por una transmisión manual de cinco velocidades, y el 1.0 TSI de tres cilindros capaz de desarrollar 115 CV asociado a un cambio manual de seis velocidades o a una caja automática DSG de siete relaciones.
El Volkswagen Polo en los acabados Edition y Advance equipan el 1.0 EVO de 80 CV, mientras que el TSI de 115 CV y la posibilidad de la transmisión DSG automática de siete velocidades se reservan para el United y el R-Line.
De esta forma, desaparece el motor diésel 1.6 TDI, con opción de 80 y 95 CV; el 1.0 MPI de gasolina que hacía las veces de motor de acceso con 65