Los crossovers, por definición, no son vehículos apasionantes. Aún existiendo crossovers de altas prestaciones y orientación muy dinámica – se me vienen a la cabeza los Mercedes-AMG GLA 45S o los BMW X2 M35i – quedan lejos del ideal de los verdaderos petrolhead. Pero amigos, Ariel acaba de presentar el crossover que todo quemado y apasionado de los coches querría conducir e imploraría poder probar. El Ariel Nomad R es un Ariel Atom tan capaz de circular a toda velocidad por caminos rotos, como de humillar a superdeportivos en circuito.
Como diría el gran Miquel Montoro, «m’encanten». El Ariel Nomad R es un coche muy especial. Solo se construirán cinco unidades, basadas en el ya de por sí meteórico Ariel Nomad. Para entender el Nomad R hay que entender al Nomad. Se trata de un coche deportivo biplaza, cuya carrocería es un chasis tubular expuesto. Es un coche extremadamente ligero, con un motor Honda 2.4 i-VTEC en posición central, enviando sus 235 CV de potencia al tren trasero. Es un coche orientado a caminos y pistas, por los que es capaz de volar gracias a suspensiones de gran recorrido y neumáticos todoterreno.
Su estética tipo Mad Max es uno de sus principales alicientes. Es una máquina impresionante.
Aún siendo una máquina diseñada para caminos, su relación peso-potencia es tan descomunal que es capaz de dar muchos sustos a auténticos superdeportivos. El Ariel Nomad R es su gemelo perverso. Si el Nomad es un coche de rallye tarado para tierra, el Nomad R es un coche de rallye del Grupo B en especificación de asfalto. La propia marca admite que se acerca mucho a la filosofía de un coche de rallye de calle. Para muestra un botón: su caja de cambios secuencial, una Sadev de seis relaciones, tiene un sistema de