Los equipos de sonido en nuestros coches ha ido evolucionando poco a poco, al mismo ritmo que lo ha hecho el resto de la tecnología que utiliza un coche. Desde que se pudo acoplar una radio en un coche, este elemento ha sido indispensable para los usuarios del vehículo. Y es interesante conocer su evolución a lo largo de los años y comprobar cómo la inventiva ha estado presente para mejorar la calidad de este equipo de sonido.
La primera radio se equipó en el mítico Ford T, en 1922. Cinco años más tarde Storage Battery CO desarrolló un equipo de radio compacto para poder ser instalado en cualquier coche. Un pequeño problema hizo que no tuviera todo el éxito que esperaban: su peso era de 20 kilos, así que no era muy práctico.
Poco a poco, la radio fue mejorando y convirtiéndose en un complemento indispensable para los coches. En la década de los 40 ya era bastante común encontrar coches con radios incorporadas, pero fue en 1960, con la reducción del tamaño gracias a los transistores, cuando el equipo de sonido reduce su tamaño y su precio. Y aparecen los primeros aparatos que sintonizan la FM.
A finales de los años 1960 aparecen los reproductores de cintas de casette, que pasan primero por los cartuchos de 8 pistas hasta las cintas que hemos conocido. El CD llegó después, para ser sustituido por los puertos USB y la conexión con el móvil a través del Bluetooth, hasta los modernos sistemas de sonido que equipan nuestros coches actualmente.
El equipo de sonido definitivo de Chrysler
Pero lo que quizá no sabías es que en el año 1965 se patentó un sistema de sonido que incluso se instaló en varios modelos de Chrysler que quería convertirse en el equipo de sonido definitivo y que no tuvo mucho recorrido. No sé muy bien si para bien o para mal.
En varios de sus modelos de Dodge, Plymouth, DeSoto, Chrysler e Imperial se equipó un sistema de reproducción de discos de vinilo. Sí, antes de contar con un reproductor de CD, los vinilos también tuvieron su hueco en el salpicadero de los coches estadounidenses. El sistema de sonido se ubicaba en el centro del mismo y fue diseñado por CBS Laboratories.
Constaba de una plataforma giratoria con el brazo y la aguja que leía los surcos del disco, con un sistema que evitaba que el brazo saltara durante el trayecto. Tenía, por cierto, capacidad para almacenar seis vinilos y permitía un viaje acompañado por la música de los discos del conductor.
No tuvo el éxito esperado y ni siquiera continuó en los coches de gama alta de la marca, pero desde luego, ha quedado como un curioso sistema de sonido al que la llegada al mercado de las cintas de casette relevó al olvido y que no ha sido más que un pequeño eslabón de la cadena que continúa mejorando actualmente y que nos trae el mejor audio mientras conducimos.