Creo que nadie estará en desacuerdo cuando afirmamos que el Mercedes-Benz Clase G es el todoterreno por antonomasia, el rey de reyes y uno de los más deseados de su segmento. Dichas cualidades se las acreditamos gracias a su buen hacer fuera del asfalto y a ese soberbio maridaje entre su espíritu retro y un aplastante arsenal tecnológico. La casa de la estrella es consciente del éxito y de la buena acogida de su 4×4 más mimado, motivo por el que no es descabellado que busquen alargar su vida y ampliar su oferta todo lo posible.
Sin embargo, existen otros motivos que pueden llevar a Mercedes a aplicar variaciones en su Clase G, como las normativas de ciertos países en lo que a automóviles y emisiones se refiere. Con esta premisa y teniendo en cuenta que China es un importante mercado para la casa germana, es comprensible que busquen adaptar su gama de modelos al continente asiático, donde su todoterreno más bravo siempre ha gozado de una calurosa acogida.
Y es que han sido captadas varias mulas de pruebas del Clase G portando la denominación 350 en su zaga, denominación que servirá para introducir a la nueva versión de acceso. Detrás de esta y a diferencia de las demás, se esconderá un propulsor de cuatro cilindros y 2.0 litros de cubicaje que, mediante la sobrealimentación por turbo, será capaz de erogar una potencia cercana a los 300 CV.
De momento, Mercedes mantiene un silencio atronador al respecto, pero la despreocupación de ocultar esta nueva opción dentro de la gama del Clase G nos lleva a pensar que tan solo es cuestión de meses o incluso semanas para conocer todos sus detalles. Y es que cobra todo el sentido que poderoso 4×4 recurra a un motor más concienciado con el cuidado del medioambiente, algo que será posible, seguramente, gracias a la presencia de un sistema mild-hybrid.
De estar en lo cierto, no solo estaríamos ante un Clase G más «eco-friendly», sino también ante un Clase G capaz de ofrecer una eficiencia considerablemente superior. Y es que teniendo en cuenta las dimensiones y peso del vehículo que hoy nos ocupa, resulta cada vez más acertado la presencia de un motor de cuatro cilindros en sus entrañas capaz de dosificar en todos los sentidos ciertos parámetros.
Cierto es que perderá cierto pedigrí frente a sus hermanos de gama equipados con motores de seis y ocho cilindros, pero que todo sea en pro de un vehículo igual de capaz en el mundo off-road pero con un mayor compromiso con otros aspectos. Sea como fuere, estamos ante la incorporación de la que posiblemente se termine convirtiendo en una de las opciones más interesantes del Clase G, aunque ahora tan solo nos queda resolver la duda de si lo veremos militando por el viejo continente o si su comercialización estará únicamente destinada a China.