Pocos hubieran predicho que Max Verstappen y Red Bull Racing iban a tener en su mano el conseguir este fin de semana, el del Gran Premio del 70 Aniversario, el conseguir su novena victoria en el Mundial de Fórmula 1 juntos. Así fue al final. El trabajo, que se empezó a fraguar el sábado en la clasificación, dio sus frutos, consiguiendo en este caso batir finalmente a los Mercedes, quitándose de paso la espinita que se quedó clavada hace solo una semana.
Se esperaba una carrera con mucho desgaste y no ha defraudado. Especialmente crítico ya desde el inicio con algunos de los monoplazas propulsados por Honda, con Alex Albon y Pierre Gasly parando incluso antes de llegar a las 10 vueltas de carreras, mientras que Sebastian Vettel, Max Verstappen y Carlos Sainz serán los que más tiempo permanecían sobre la pista, teniendo en cuenta que el peor parado sería el alemán de Ferrari, el cual sufría un trompo en la salida y tendría que remontar desde el fondo de la clasificación apoyándose en una estrategia distinta.
Por delante, tanto Valtteri Bottas como Lewis Hamilton reportaban rápidamente problemas con los blisters en sus neumáticos de compuesto medio, mientras que Verstappen, que consiguió su mejor tiempo en Q2 el sábado con los duros, se lograba mantener sobre el filo de la navaja, rodando muy cerca de los Mercedes-AMG F1 y demostrando que a los ed Bull les funcionaban muy bien las gomas más duras de la gama Pirelli, precisamente las que fueron hace una semana el compuesto medio en la elección del fabricante italiano.
La carrera se mantenía en una calma tensa, esperando por ver si Verstappen iba a ser capaz de gestionar el neumático lo suficientemente bien como para poder salir por delante de las dos flechas de plata cuando tuviera que realizar