Honda ha acordado pagar 81,6 millones de euros para zanjar, en Estados Unidos, un litigio relacionado con el complicado caso de los airbags Takata. El fabricante nipón estaba siendo investigado por no haber informado, presuntamente, a reguladores y consumidores sobre un posible fallo en el sistema de airbags de Takata en algunos de sus vehículos.
Al menos 29 personas han muerto en todo el mundo después de que las bolsas de aire entraran en funcionamiento y se rompieran, fragmentándose en pequeños trozos metálicos a modo de metralla.
Honda defiende su inocencia
La demanda proviene de fiscales generales en 46 estados, tres territorios de Estados Unidos y Washington DC. Hasta la fecha, Honda ha retirado del mercado casi 13 millones de vehículos Honda y Acura equipados con airbags defectusosos.
En el acuerdo, American Honda Motor y Honda of America acordaron actualizar los procedimientos de seguridad de sus productos relacionados con los airbags frontales, incluso para reducir el riesgo de que sus infladores se rompan.
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«Este acuerdo con Honda deja claro que las empresas, grandes y pequeñas, enfrentarán graves consecuencias cuando coloquen las ganancias por encima de la protección de la seguridad de sus clientes», dijo ayer el fiscal general de Washington, DC, Karl Racine, en declaraciones recogidas