Estamos en pleno verano, en un momento en el que muchas familias viajan en coche, y en el que el calor azota y las altas temperaturas pueden convertirse, sin duda, en un mal compañero de viaje. Viajar en coche con una temperatura inadecuada, tal y como recuerda la DGT en numerosas ocasiones, implica riesgos, amén de poder convertir un viaje en poco menos que una tortura. Ahora bien, ¿qué sentido tiene comparar el riesgo de viajar con una temperatura inadecuada con el de hacerlo bajo los efectos del alcohol?
Por qué la DGT compara la temperatura con el consumo de alcohol
Existen estudios que han cuantificado cuán peligroso puede ser viajar con una temperatura inadecuada en el coche. CEA apuntaba que, a partir de los 30ºC, el riesgo de cometer errores durante la conducción aumenta un 20% y el tiempo de reacción un 22% y que, incluso, el conductor puede perder la atención hasta el punto de no percibir algunas señales.
Honestamente, no parece que sea necesario un estudio para constatar que un exceso de temperatura en el habitáculo puede perjudicar al conductor, reducir su capacidad de reacción, e incluso generar distracciones. En el fondo, cualquier factor que incomode al conductor es un riesgo inherente para la seguridad vial.
Ahora bien, ¿tiene sentido que la DGT compare una temperatura inadecuada con el consumo de alcohol?
Según la DGT, 35º a bordo son comparables a 0,5 g/litro de alcohol en sangre
Si bien es cierto algunos de los efectos que puede tener una temperatura inadecuada en el coche pueden ser, de alguna forma, comparables a los efectos que se han estudiado provoca superar la tasa de alcoholemia permitida, es evidente que la comparación no puede ser más odiosa. Según la DGT, una temperatura de 35º en el habitáculo es comparable a conducir excediendo el límite de