Esta semana probamos uno de los modelos utilitarios más interesantes del mercado, y eso que su cuota de ventas es muy baja. Hablamos del Suzuki Ignis, un coche que fue lanzado en España en 2017 y que recientemente ha recibido un importante restyling en el que, además de algunos cambios visuales y de equipamiento, introduce la microhibridación en todas sus versiones.
Sí, un pequeño utilitario de apenas 3,7 metros que ahora siempre viene asociado a la etiqueta ECO de la DGT y un alto nivel de equipamiento teniendo en cuenta su categoría. A esto hay que añadir que es uno de los pocos coches de su categoría con tracción 4×4, utilizando el sistema AllGrip de Suzuki. Precisamente esa es la versión que hemos probado, vinculándose con el nivel de acabado GLX, el tope de gama.
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Suzuki Ignis: Un utilitario robusto y con identidad
El Suzuki Ignis es un coche simpático. Tiene unas proporciones que llaman la atención por ser un coche muy corto para lo que estamos acostumbrados. Mide 3.700 mm de longitud, 1.690 de anchura, 1.605 de altura y su distancia entre ejes es de 2.435 mm. Como veis, tiene una batalla amplia para su longitud total y, además, es casi tan alto como ancho.
Este modelo sigue siendo un coche con mucha personalidad, claramente diferenciado del resto. Hay a quien le gusta, y quien dice que no es un coche bonito. A mí, simplemente, me parece curioso por concepto y por algunas soluciones que iremos viendo más abajo.
En cuanto a los cambios respecto al versión predecesora, en este restyling el Ignis incorpora una nueva parrilla (que recuerda un poco a Jeep, todo hay que decirlo) con identidad heredada del Vitara. El paragolpes también es de nueva factura, cambiando las formas inferiores y de los luces de antiniebla. Para rematar, añade protecciones inferiores.renderAd(,36166);
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