El BMW M5 E39 (1998) se caracterizaba por contar con el primer motor V8 (S62B50) firmado por BMW Motorsport, el M635 CSi (1984) por esconder bajo el capó (casi) el mismo bloque que el legendario M1 de 1978, y los M5 E660/61 y M6 E63/64 por su motor V10 S85 heredado de los Williams de Fórmula Uno, y cuyos secretos te vamos a desvelar a continuación.
El único V10 que ha montado, y montará, un BMW
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Durante el primer lustro del actual milenio BMW era el motorista del equipo británico de Fórmula Uno Williams Racing, periodo en el que fue adquiriendo experiencia y conocimientos hasta el último motor que les suministró, el V10 P84/5 de 3 litros atmosférico que montarían los monoplazas FW27 de la temporada 2005. Todo ese know how les sirvió a los bávaros para crear el propulsor de su nuevo M5 (2005), un bloque V10 de 5 litros de cilindrada atmosférico con 507 CV de potencia que también podemos ver en los M6 (2005), denominado S85B50 y que no era un producto derivado de ningún otro propulsor de producción, como sucedía con el V8 S62 del M5 E39 procedente del M62 del 540i.
En el mercado europeo los M5/M6 estaban asociados a una transmisión automática SMG III de siete relaciones, capaz de cambiar de marcha en tan sólo 65 milisegundos, pero que en el marcado americano no terminó de cuajar, razón por la cual allí BMW ofreció una versión manual de seis relaciones que recurría al cambio del anterior M5 E39. Así, en la versión sedán europea este V10 conseguía unas prestaciones impresionantes para sus más de 1,8 toneladas de peso, con un 0-100 km/h en 4,7 segundos y 250 km/h de velocidad máxima limitada electrónicamente, todo ello con un consumo medio homologado de casi