Jeep ha introducido pequeñas actualizaciones en su Compass, un SUV del segmento compacto que por imagen o tradición bien podría competir con propuestas como el Volkswagen Tiguan o Volvo XC40, pero que por calidad de acabados y ejecución quizá esté un peldaño por debajo de ambos. No obstante, con estos nuevos cambios inapreciables a simple vista, Jeep da un paso más hacia el gusto del cliente europeo bajo el paraguas de FCA, con el objetivo de acaparar una mayor cuota de mercado en uno de los segmentos más competidos.
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Fabricado en Europa para el cliente europeo
El Compass traslada su fabricación desde la planta mexicana de Toluca hasta Melfi (Italia). Ello implica que el cliente que configure un Jeep Compass nuevo lo podrá recibir en el concesionario en un plazo significativamente inferior al actual, y sobre todo, y aún más importante, que se puede beneficiar de la nueva familia de motores turbo gasolina de FCA, la denominada Global Small Engines, los cuales, según Manuel Pérez, Director de Marketing de Jeep España, presentan un 30 % menos de consumo y un 27 % menos de emisiones.
Dejando a un lado el aspecto mecánico para más adelante, esas actualizaciones también traen consigo una nueva paleta de colores y llantas, más al gusto del cliente europeo, así como un sistema de infoentretenimiento con mayor conectividad e integración con el smartphone, una mejora en las ayudas a la conducción y en materia de seguridad que no han sido detalladas, además una puesta a punto de la suspensión y la dirección también más en consonancia con las preferencias del viejo continente.
Es posible asociar la tracción 4×2 a un cambio automático
Sin duda, la gran novedad son esos propulsores 1.3 GSE que fueron estrenados por el Renegade en 2018. Se trata de un propulsor turbo