Ya han pasado cinco años desde aquel mes de septiembre del 2015 en el que se destapó uno de los mayores escándalos en la industria de la automoción, por no decir el mayor de todos ellos, en el cual se dio a conocer que el prestigioso Grupo Volkswagen había manipulado sus vehículos diésel para homologar unas emisiones menores a las reales. Desde entonces una avalancha de denuncias, indemnizaciones, sentencias y demás se han sucedido, pero aquí, en España, todo sigue igual, salvo por el enfado de algunos afectados que sienten como les «han tomado el pelo».
La OCU reclama de media 3.000 € por afectado
En nuestro país ha sido la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) quien se ha encargado de presentar una demanda colectiva que agrupa a más de 7.500 afectados y reclama una indemnización total de unos 22 millones de euros, habiendo quedado visto para sentencia el juicio celebrado el pasado 17 de febrero de 2020. Así, la OCU señala que el grupo Volkswagen ha mentido a sus clientes vendiendo vehículos más contaminantes de lo anunciado, y que ahora se niega a compensarles por ello.
No obstante, en este sentido lo más destacable es que en países como EE.UU. ha recomprado muchos de esos vehículos afectados a sus propietarios, y que ahora se almacenan en campas, además de haber pagado numerosas multas y financiar iniciativas como Electrify America, una red con más de 2.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos. Sin embargo, en Europa sólo los consumidores alemanes han sido adecuadamente compensados, haciendo oídos sordos a las peticiones formuladas por la OCU y sus homólogas en el resto de países del viejo continente.
En total, unos 11 millones de vehículos diésel manipulados
A lo largo del globo se estima que son unos 11 millones de vehículos los afectados por el diselgate de