Ferrari es una de las firmas más envidiadas del sector del automóvil. Pocos fabricantes de deportivos, y superdeportivos, son tan rentables y mantienen tan buena salud financiera. Su secreto es bien conocido por todos: mantener la producción por debajo de la demanda para evitar especulaciones con sus modelos. Pero además, su negocio también cuenta con una buena entrada de caudales: la fabricación de vehículos one-off.
Como sabéis, este tipo de vehículos no los puede encargar cualquier cliente. Para ello ha de cumplir un par de condiciones. La primera, que tenga la cartera repleta de dinero y la segunda, que ya sea cliente de la marca. A partir de ahí, la casa de Maranello puede crear aquel vehículo que quiera y la prueba está en su última creación. El Ferrari Omologata llega para demostrar que modificar un coche con gusto y exquisitez es una inversión muy rentable.
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El Ferrari Omologata se basa en el 812 Superfast
Y os preguntaréis ¿Sobre qué modelo se ha desarrollado el Ferrari Omologata? Pues nada más y nada menos que el 812 Superfast. A simple vista no lo parece, pues de él sólo han quedado los grupos ópticos y el marco del parabrisas. Todo lo demás es completamente nuevo, al menos lo que está a la vista. Sí, porque la carrocería está fabricada en aluminio y se inspira en los GT que han existido en los 70 años de vida de la firma italiana.
Siendo así, el Ferrari Omologata destaca por el tono Rosso Magma triple capa que viste su carrocería o los acentos de fibra de carbono. Tampoco podemos pasar por alto la parrilla ovalada y aplanada en la delantera o los tres cortes trasversales horizontales de la luneta trasera. Con ellos, ofrece un estilo fastback que aporta deportividad al conjunto. Por último, mencionar la librea «número 7» que