La bestia de MINI se presenta en su tercera generación. Y escoger la palabra «bestia» no es casual, y es que con nuestra prueba del MINI John Cooper Works GP 2020 queremos descubriros porque estamos ante uno de los Hot Hatch del momento. 306 CV, configuración biplaza y una conducción muy MINI, una fórmula que ha enamorado a propios y extraños desde que fue creado el primer GP. Hoy no habrá medias tintas, toca ponerse el casco y agarrar fuerte el volante. ¡Empezamos!
Ese alerón o los pasos de rueda flotantes dan buena cuenta de que este MINI es muy especial. Solo 100 GP llegarán a España y ya están todos vendidos
Cuando MINI pone la denominación GP sobre uno de sus coches no es para vendernos un nuevo kit de carrocería o algo más de potencia. Hablar de un MINI GP siempre ha significado cosa seria, no apto para sufridores de corazón, pues pasamos de conducir un MINI a pilotarlo. Todo se pone a punto para la ocasión, buscando no solo un rendimiento superior, sino un comportamiento mucho más radical destinado al uso en circuito.
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A estas alturas ya son 3 las generaciones que hemos visto del MINI moderno, y con cada una de ellas ha habido un nuevo GP. Con cada evolución el listón se ha puesto más alto, y desde el R53 – donde hablábamos de un kit de mejoras sobre base Cooper S – al R56 ya vimos una evolución considerable, siendo ambas una serie limitada a 2.000 unidades. Ahora el gran salto aparece con el MINI F56, creando un coche limitado a 3.000 unidades donde la potencia supera los 300 CV por primera vez. Estamos ante el MINI más potente y rápido jamás construido.
Estéticamente este MINI John Cooper Works GP es un