Hay constructores de coches vinculados directamente a la aviación, marcas que, en sus inicios o, en paralelo a la fabricación de automóviles, han sido parte activa de la industria aeronáutica, y la procedente de los Países Bajos, Spyker, es una de ellas.
Una historia la de esta empresa que se ha topado con muchas turbulencias, sobre todo, desde el actual milenio donde, desde 2010, la última década ha sido, cuanto menos, tumultuosa. Tanto es así que, desde la declaración de bancarrota de 2014, el silencio había sido la tónica de esta firma que estaba en un estado de profunda hibernación hasta ahora.
Con casi 3 años de inactividad, la reactivación de la página web ha sido para anunciar de manera oficial que Spyker ha recibido una inversión de capital que permite la vuelta a la acción y, mejor aún, volver a ensamblar coches.
Los nuevos Spyker serán viejos conocidos
De hecho, el ingreso de nuevos socios permitirá aunar experiencias, conocimientos y, sobre todo, capital con el que empezar la fabricación del nuevo Spyker C8 Preliator, el Spyker B6 Venator y Spyker D8 Peking-to-Paris, el todocamino de la marca.
De entrada, la vuelta al ensamblaje del icónico Spyker C8 en su tercera generación, la bautizada con Preliator, supondrá el resurgir de un modelo que, cuando salga de la cadena de montaje, habrán pasado más de 20 años de la presentación del primitivo.
El último Spyker C8, Preliator, fue presentado en 2016 en el Salón de Ginebra de aquel año y, como mayor novedad equiparía un motor Koenigsegg 5.0 V8 de 600 CV y una caja de cambios manual de 6 velocidades, en palabras del CEO de la firma, Victor R. Muller, este coche podría hacer el 0 a 100 en 3,6 segundos y alcanzar los 322 km/h. En 2017, para la cita helvética, se presentó la variante de techo descubierto con el nombre de Spyker C8 Preliator Spyder.
No sabemos si, para el último resurgir de la marca, el constructor mantendrá al 100 por 100 sus planes sobre este coche, lo que sí sabemos que es que, junto a él, el catálogo tendrá un modelo más modesto y el citado SUV de Spyker.
De hecho, el Spyker B6 Venator se presentó de manera furtiva durante el lanzamiento de la variante más circuitera del Porche 911 de la generación 991, junto con otros espectaculares modelos como fueron el Ferrari LaFerrari, el McLaren P1 o el espectacular Lamborghini Veneno. Spyker quería ofrecer el ‘nueve-once’ neerlandés.
La intención era ofrecer un coche de aspecto muy atractivo apoyada en una mecánica potente, en principio se anunció la participación de Lotus en su ingeniería aportando el bloque V6 de 350 CV que montaba el Lotus Exige S, y un comportamiento deportivo cuyo precio final debía rondar los 100.000 euros. Proyecto que tampoco fraguó.
Como tampoco lo hizo el SUV de Spyker, el que pudiera haber sido uno de los pioneros en el cruce entre vehículos deportivos y vehículos de corte montaraz, fue presentado al mundo en 2006 como el nombrado como Spyker D8 Peking-to-Paris SSUV. Mostraba una mezcla que podría tomarse como lo que hoy entendemos como crossover y que hoy en día vemos como un salvavidas para otros constructores de lujo como, por ejemplo, Aston Martin y su DBX.
Sea como fuere, aquel prototipo único era un homenaje al centenario de la proeza que permitió al Spyker de Charles Goddard no solo terminar el rally de resistencia Peking to Paris de 1907 sino que lo hizo en segundo lugar, una hazaña que le llevó 3 meses de viaje.
Junto con la reanimación económica del fabricante y el revivir industrial de sus proyectos, Spyker ha anunciado que será ya en 2021 cuando veamos los primeros vehículos de la marca saliendo de la cadena de montaje, prestos a dirigirse, como poco, al concesionario que tendrá la firma en Mónaco, de momento, primer showroom de la firma que abrirá sus puertas.