Quizá, si te pregunto por el nombre de Spyker igual este te suene a chino. No hay problema, yo te cuento de donde viene. La primera vez que esta firma holandesa inició su andadura existencial fue en el lejano año 1880. Sin embargo, tras pasar por duros problemas económicos desapareció en 1925. Después de pasar 75 años durmiendo plácidamente, Victor Muller la hizo renacer con la presentación del Spyker C8 en el Birmingham Motor Show.
Hasta aquí, bien, pero la cosa vuelve a torcerse. Si hacéis memoria, Muller trabajó para General Motors y sabía que Saab estaba al borde del abismo. Por ello mismo, cuando el constructor americano decidió deshacerse de ella se lanzaron a su compra. Ese fue el inicio de su segundo final, pues en 2014 tuvieron que declararse en banca rota de nuevo. Ahora, cuando ha cambiado de manos podría volver a resurgir de sus cenizas, otra vez.
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Spyker, gracias a dos socios, lanzaría dos deportivos y un SUV
A día de hoy, Spyker está en manos del oligarca ruso Boris Rotenberg y su socio comercial Michael Pessis. Juntos, han conseguido que su firma vuelva a la primera linea informativa, principalmente por conseguir los recursos necesarios para reactivar la producción de modelos. Como curiosidad, mencionar que en los escasos diez años que estuvo en funcionamiento el volumen de producción que acumularon fue menor a 300 unidades.
Y os preguntaréis ¿con qué podría sorprendernos Spyker? Pues ni más ni menos que con productos que ya tenía diseñados y han estado todos estos años guardados en un cajón. La suerte es que sus prototipos siempre han sido muy vanguardistas aguantando muy bien el paso del tiempo. Así, se habla de que podría estar en la pista de despegue el superdeportivo C8 Preliator impulsado por el bloque 5.0 Koenigsegg de 608 CV y 600 Nm