Con el paso del tiempo, estamos siendo testigos de cómo el sector del automóvil incluye más medidas de seguridad e innovaciones dispuestas a facilitarnos la conducción. Sin embargo, se acaba de anunciar una ley que dictamina que los coches tendrán que incorporar un elemento a partir del 2021 que, hasta la fecha, había estado relegado para otros medios de transporte. Se trata de una caja negra, un dispositivo que se emplea principalmente en la aviación y que busca recopilar los minutos previos a un accidente para sí poder determinar con exactitud lo que lo causó.
Sin embargo, los coches contarán con dos dispositivos -uno de ellos vigente a partir del año que viene y otro a partir del 2022- y uno de ellos con una función algo diferente. Según la norma Euro 6d-ISC-FCM, será obligatorio que todos los vehículos incorporen un dispositivo OBFMC (On-board Fuel and/or Energy Consumption Monitoring).
La función de este primer sistema es muy sencilla: medir, monitorizar y registrar el consumo real de un coche a lo largo del tiempo. Este estará disponible para cualquier tipo de coche independientemente de su mecánica, y se podrá consultar en el momento que deseemos. Además, promete una exactitud con una desviación del 5% por encima o por debajo del dato real.
Este sistema tendrá en cuenta cinco parámetros fundamentales: velocidad y régimen de giro del motor, consumo total, caudal de combustible y volumen consumido según la distancia recorrida. Con esta premisa, se puede obtener un resultado certero de la autonomía del vehículo y contrastarlo así con el homologado por el ciclo WLTP, lo que también ayudará a medir con determinación la capacidad de recorrido de los coches eléctricos y de los híbridos enchufables.
Pero será en el año 2022 cuando lleguen las cajas negras al uso. Se trata de un sistema con un funcionamiento fácil, sencillo y que pretende cumplir con el mismo cometido que cualquier otra caja negra; es decir, registrar lo sucedido momentos previos al accidente. Se trata de un dispositivo de acero de unos 10 centímetros que se sitúa justo debajo del asiento del conductor y que captará los 30 segundos anteriores al accidente y los 5 posteriores.
No obstante, este no grabará ni en audio ni en vídeo, simplemente obtendrá datos específicos sobre el accidente en sí. Con esta premisa, no se podrá multar al conductor en caso de que haya cometido una infracción previa al accidente y, además, el almacenamiento se llevará a cabo en un flujo cerrado, es decir, no se podrán guardar datos fuera del sistema.