Creo que a priori todos tenemos una preconcebida sobre qué es una marca premium de automóviles, asociada al lujo, calidad o la más alta tecnología, y en cuyo saco metemos de forma casi automática a firmas como BMW o Mercedes-Benz, además de las de más alto nivel como Bentley, Rolls-Royce, Ferrari, Maserati…. Sin embargo, el comentario de un seguidor y lector de Diariomotor preguntando qué es una marca premium me ha hecho reflexionar, y darme cuenta que no existe una definición inmediata, ni tampoco un tamiz universal para separar a los diferentes fabricantes que podemos encontrarnos: ¿Es Alfa Romeo una marca premium? ¿Y DS? ¿Y Volvo, lo es? Sinceramente, no creo que todos vosotros hayáis coincidido en las tres respuestas.
Características tangibles de una marca de coches premium
Con este planteamiento intentemos pensar sobre qué requisitos, intangibles y tangibles, debe reunir una marca para ser considerada premium. Para empezar, esa firma debe de estar a la vanguardia en materia tecnológica (que curioso, si parece el eslogan de Audi: “a la vanguardia de la técnica”), no ofreciendo los últimos avances, sino creándolos. Mercedes contó con el primer coche de producción en equipar un sistema ABS de la mano del Clase S W116 de 1978. Audi, aunque no ha inventado el sistema de tracción total, sí que lo ha llevado al nivel al que está ahora (¿quién iba a decir que un BMW con el sello de M Motorsport iba a contar con tracción total?) y el BMW Serie 5 E28 de 1981 fue uno de los primeros vehículos de gran serie diseñado, al menos en parte, por ordenador, aunque es este caso los ingenieros de la firma bávara lo tomaron prestado del departamento de contabilidad.
Con eso de estar a la vanguardia de la técnica incluimos contar con las más amplias e insospechadas posibilidades