En poco más de un mes, la nueva normativa para patinetes eléctricos entrará en vigor. Se trata de las medidas aprobadas por el Gobierno por Real Decreto y que serán vigentes desde el 2 de enero de 2021, recogiendo aspectos esenciales que se antojaban necesarios para aumentar la seguridad vial, pero que dejan fuera otros matices clave que, en cierta manera, desprotegen a los usuarios y especialmente a los niños.
Los cambios regulatorios de Tráfico se aprobaron con el fin de unificar criterios y eliminar el despropósito de que estos vehículos estén controlados por Ordenanzas Municipales de cada ciudad, dificultando incluso la asimilación de las reglas por parte de los usuarios.
Estos se basan en tres pilares básicos:
Los patinetes y VMP (con una o más ruedas y una única plaza) estarán obligados a cumplir las normas de circulación, es decir, sus conductores también estarán obligados a someterse a pruebas de alcoholemia, conducir sin utilizar dispositivos de telefonía móvil, auriculares, etc.
Deberán circular entre 6 y 25 km/h y nunca podrán hacerlo por las aceras, vías interurbanas, travesías, autopistas, autovías o túneles urbanos.
Tendrán un certificado. Se exigirá un documento en un código QR que acredite que los patinetes eléctricos cumplen con los requisitos técnicos que se incluirán en el manual de características que próximamente recogerá una resolución de la Dirección General de Tráfico. No obstante, dicho certificado será obligatorio dos años después desde que se publique la citada resolución y no desde 2021.
Falta de regulación sobre aspectos clave que dejan la normativa ‘incompleta’
Las tres medidas son clave para tratar de garantizar la seguridad vial, sin embargo, deja abiertos aspectos preocupantes desde