El invierno es una época del año donde solo nos acordamos de la calefacción, algo bastante lógico si queremos combatir el frío del exterior. Sin embargo es importante tener muy en cuenta qué se esconde más allá de nuestro climatizador o sistema de aire acondicionado, pues de no usarlo correctamente en invierno, es bastante probable que en verano tengamos que hacer frente a una costosa avería. Además, saber usar correctamente nuestro clima invierno nos permitirá descubrir funciones muy útiles para otras situaciones.
El aire acondicionado no sirve solo para el verano
Cuando hablamos de aire acondicionado, realmente hablamos también de climatizador, solo que el segundo sistema tiene la ventaja de poder regular la temperatura que queremos alcanzar en el habitáculo. La base de ambos sistemas es la misma, permitiendo enfriar o calentar el aire que se expulsa por los aireadores ubicados por todo el habitáculo, consiguiendo así un confort térmico acorde a las exigencias de los ocupantes. La gran diferencia es que en un climatizador encontramos una mejor gestión de la temperatura, por lo tanto es más sencillo regular ese confort térmico, encontrando incluso la posibilidad de crear diferentes zonas de temperatura en los coches más modernos.
Por qué debo usar la función A/C del clima
¿Pero por qué usar aire acondicionado en invierno si sólo necesito aire caliente? Este es un error común de percepción, y es que asociamos la función A/C a la generación de aire frío, y realmente no es del todo así. La función A/C nos permite activar o desactivar el compresor del sistema de aire acondicionado, y además de enfriar el aire, también nos permite controlar la humedad del mismo, de ahí su importancia en invierno. Si activamos únicamente la calefacción, el aire que se caliente mantiene la misma humedad que contenía al ser recogido del exterior, algo que